¿Te siente estresado, abrumado y posiblemente fatigado? ¿Has notado que además no te gusta alguna parte de tu cuerpo, que peleas frente al espejo porque qué tienes el abdomen así o de tal manera, o porque tus piernas son flácidas o un sin fin de reproches a tu cuerpo?
No está solo/a: muchos de nosotros nos hemos sentido así en algún momento de nuestras vidas. Pero, ¿y si hubiera una forma de recuperar la paz interior, mejorar la salud física y perder peso sin agotadores entrenamientos ni dietas intensivas?... ¿Y si además de esta manera también aprendiéramos a amar cada partecita de nuestro cuerpo, ese con el que hemos venido a vivir la experiencia de la vida, te gustaría?
Pues bien, la respuesta cómo en todo, está en cada uno de nosotros y en la disposición que tengamos para cambiar nuestra percepción.
Uno de los mejores ejercicios para ello es la meditación.
La meditación puede ayudar a las personas a reducir el estrés, perder peso, reforzar el sistema inmunitario y reconectar con su cuerpo. Hoy analizaremos cómo la meditación consciente puede hacer que las personas pasen de estar desconectadas de su cuerpo a abrazarlo de forma holística, creando una oportunidad para sanarlo.
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Me atrevería a decir que si estás leyendo esto es porque en algún momento de tu vida has deseado cambiar tu cuerpo. Si no me equivoco, muchos (incluyéndome a mí) hemos soñado con tener un cuerpazo. Y en esa búsqueda seguro todos hemos tratado distintas dietas para adelgazar, tonificar y tener un mejor cuerpo, pero resulta que nada de esto funciona para siempre.
Nos empeñamos en intentar todo tipo de herramientas tóxicas que nos han enseñado culturalmente, pero poco tiempo nos detenemos a usar estrategias amorosas y compasivas con nosotros mismos.
La meditación es una práctica milenaria que no solo tiene efectos positivos en nuestra salud mental y emocional, sino que también puede ser beneficiosa para la pérdida de peso y el proceso de sanación.
Cuando se trata de la pérdida de peso, la meditación puede ser una herramienta valiosa para ayudarnos a alcanzar nuestros objetivos. La práctica regular de la meditación nos permite desarrollar una mayor conciencia de nuestro cuerpo y nuestras emociones. A través de la atención plena, podemos observar nuestros hábitos alimenticios, nuestros comportamientos como comedor y también las emociones que nos llevan a comer en exceso o a tener antojos de manera permanente.
Al ser conscientes de estos patrones, tenemos la capacidad de tomar decisiones más informadas y cultivar una relación más saludable con la comida.
Además, la meditación puede ayudarnos a reducir el estrés y la ansiedad, dos factores que a menudo están relacionados con el aumento de peso. El estrés crónico puede desencadenar respuestas emocionales que nos llevan a buscar consuelo en la comida. Al aprender a manejar el estrés a través de la meditación, podemos evitar recurrir a la comida como una forma de escape y, en cambio, adoptar estrategias más saludables para lidiar con el estrés.
Al meditar, promovemos la relajación profunda, lo que permite que nuestro cuerpo se repare y se regenere de manera más eficiente. Además, la meditación nos ayuda a conectarnos con nuestro interior, lo que puede facilitar el proceso de sanación emocional y espiritual. Finalmente, nos permite también conectar con nuestra imaginación y nuestra percepción corporal para así mismo tener un impacto profundo sobre nuestro sistema de creencias, nuestros comportamientos y hábitos con la comida.
Encuentra un lugar tranquilo: Busca un lugar tranquilo en tu casa u otro entorno donde puedas meditar sin interrupciones. Asegúrate de que el lugar esté limpio y ordenado, y crea una atmósfera relajante con música suave o incienso, si así lo deseas.
Adopta una postura cómoda: Siéntate en una silla o en el suelo, asegurándote de que tu espalda esté recta pero relajada. Coloca tus manos en tu regazo o en una posición que te resulte cómoda. Cierra los ojos o mantén una mirada suave hacia un punto fijo.
Enfoca tu atención en la respiración: Dirige tu atención hacia tu respiración, sintiendo cómo el aire entra y sale de tu cuerpo. Observa las sensaciones físicas y los movimientos de tu abdomen o de tu nariz mientras respiras. Si tu mente se distrae, simplemente reconócelo y suavemente vuelve a enfocarte en tu respiración.
Acepta y suelta los pensamientos: Durante la meditación, es normal que aparezcan pensamientos o distracciones. En lugar de luchar contra ellos, acéptalos sin juzgar y suéltalos gentilmente, redirigiendo tu atención a tu respiración o al momento presente.
Practica la compasión hacia ti mismo: A medida que practicas la meditación consciente, es importante cultivar una actitud de amabilidad y compasión hacia ti mismo. Permítete experimentar las sensaciones y emociones sin juzgarlas. Sé paciente contigo mismo y celebra cada momento de calma y presencia.
"El camino real para atajar la respuesta de estrés y comer de forma relajada y sosegada pasa por la respiración consciente" Marc David.
Ahora que ya conoces los grandes beneficios de la meditación, te invito a experimentar con esta meditación que he llamado: Libera la emoción para sana tu cuerpo
Con ella vas a aprender a procesar tus emociones y sentimientos sobre todo si en este momento estás experimentando rechazo por tu nuestro cuerpo, si piensas que tu cuerpo es inaceptable o porque crees que debe de ser más esbelto de lo que es.
Esta es una meditación ideal para ti si
Por qué el ejercicio interior es más importante que el ejercicio exterior para sanar las heridas emocionales que provocan que nuestro cuerpo se quiera defender y almacene grasa. Guap@, yo te invito el día de hoy a que pongas tu intención.
Que esta intención esté basada en el amor, en tu belleza propia, en tus ganas de ser la versión más bella, maravillosa y auténtica de TI MISMA, libre de limitaciones mentales y emocionales.